MIRÉ HACIA ATRÁS SIN QUERER
I
A la sombra del árbol permanecí sentada por un
momento
y la melodía de la vida me atravesó.
Las estrellas brillaban bajo los rayos del sol.
Todo resultaba mágico en su monotonía
y una flor, con su bondad infinita,
iluminó mi rostro.
El enigma de aquella flor me abrazaba.
El enigma de aquella flor permanecía en mi
mente.
Todo eran resonancias de amor
para encontrar el poema bajo la sombra.
II
Los abrazos se regalaban en la plenitud del
encuentro
y llegaron allí donde la palabra fluía.
Donde los espíritus amantes accedían
con la obsesión de atravesar un puente
donde los personajes iban y venían
como estatuas de futuro.
Y en ese presente desconocido en el que la
música nos abrazaba
sonaban las campanas de la melancolía.
La esencia del amor se esfumaba como una quimera
de sueños.
y se conviertía en un espejo
que atravesba un abismo
cerrando el ciclo de bien-aventura de vida.