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jueves

Tareas de 24/6/21

 

- CARTA: 

Epístola a Raúl Gonzales Tuñón                                                                                  24 de junio de 2021


Que tal Raúl, que pena me da vivir en otra época que la tuya por no poder conocerte y pero también que alegría estar vivo donde me toco porque puedo leerte. Pero de todos modos la escritura está aquí para nosotros y con las cartas puedo viajar al pasado y al futuro, así que he de aprovechar esta para hablar contigo y preguntarte algunas cosas. Supongo que leyendo varias veces todos los poemas que han sido escritos uno entendería la historia o la conocería por lo menos, la hubiera vivido de ese modo, pero es imposible leerlos todos, ni tú, ni yo, ni Dios hemos leído los poemas aun por venir. Así que me gustaría preguntarte por los que has escrito tú y que me cuentes sobre la revolución de Asturias y la guerra civil española, relatos de tu estadía en Chile. Quisiera escuchar de ti cómo es estar preso y luchar contra el fascismo. Háblame de la dictadura del sesenta y seis, la noche de los bastones largo, y la migración de cerebros, como le dicen.

En fin, me gustaría verte contento de que la Argentina de hoy no está bajo la dictadura de los fusiles, aunque este en la dictadura de los paradigmas, y la represión y la violencia que se ejerce sobre el pueblo humano. Así que observa el presente y dime que ves, así puedo nutrir mis ojos de tus ojos y mis letras de las tuyas. Me encantaría que vuelvas de los muertos en forma de poema y me respondas esta carta una última y primera vez.

No sé qué habrá del otro lado de la vida, pero si es descanso te deseo que descanses y si es guerra te deseo la paz, y si es la vida de nuevo espero que seas poeta una vez más.



POEMA: 

A Wyslawa Szymborzka

 

Cuando te leí me dieron ganas de llorar.

De llorar por lo grande que es el mundo siendo tan pequeño. y por lo corta que es la vida con tanto por hacer.

Te leí y me dieron ganas de llorar por Eclesiastés y tu respuesta, tan simple, tan fugaz y universal, me dieron ganas de llorar para siempre la hermosura de las palabras.

te leí y me dieron ganas de llorar por lo grande y por lo pequeño, por lo cotidiano, lo obvio, lo común.

Te leí y al hacerlo ganas de llorar invadieron mi llanto por los poetas como Brodsky, por las películas en el cine y por mí. Me dieron ganas de llorar porque la vida no es perfecta y dijiste como si fuera un cuento “toda imperfección resulta más fácil de aguantar si se sirve en pequeñas dosis”.

Y me dieron ganas de llorar cuando dijiste que la inspiración es privilegio de todos y que los inspirados son, las personas que escogen su trabajo y lo cumple con amor e imaginación.

Y lloré desconsoladamente cuando dijiste “tú eres nuevo bajo el sol Eclesiastés”,

y cómo no hacerlo, cómo no llorar conmoción después de leer. Cómo no ser un poeta después del espectáculo, cómo no gozar del polvo en suspensión después de tus palabras, cómo no escribir un poema en este breve tiempo, y cómo no querer cambiar el mundo siendo un poeta.  Y al final, se me partió el corazón y se hizo más grande al recordar que los poetas siempre tendrán mucho trabajo.