CARTA: Dios en respuesta a la carta anterior
Hijo,
Soy yo quien
hace los maderos, las montañas, los mares, el cosmos, pero no es mi mano la que
tira los maderos, la que mueve las montañas, los mares, el cosmos. Es mi
palabra la que llena de cosas el vacío, y tu dices del porvenir, el por-venir
es lo que se dice y no se escucha, es esa voz extendida al más allá, al vacío
aun por llenarse.
El tiempo no es
el pasado, el presente ni el futuro, no es el transcurrir, pues si lo fuera yo
mismo sería el tiempo y no lo soy. El tiempo, misterio inalcanzable para los
mortales, ineludible para lo eterno, es igual que esos isotopos inestables,
imposibles de existir en la naturaleza, que con el correr de un segundo
trasmutan para convertirse en otra molécula. Tiene que ser hecho,
manufacturado, fabricado en grandes cantidades. De otro modo, cambia
inmediatamente a otra cosa completamente distinta al tiempo, y así incluso
dioses han perdido la vida.
Hijo, no te preocupes
en descifrar el tiempo, no es accesible a los artilugios. No te castigues, ni
te premies, no juegues a ser tu padre. Preocúpate en eludir la muerte, hasta lo
eterno acaba, hasta la muerte muere. Te apresuras en alcanzar lo inalcanzable.
Ya no te apresures, y no lo alcances. Extiende tus pies, siente la tierra en
ellos y planta en tus benditos pies trigales de caminatas, pueblos y ciudades.
Extiende tus manos al aire y aletea con cada dedo y cada palma. Extiende tu
propia voz al porvenir y llena el vacío de cosas.
No me despido
porque nunca falto, y eso es una despedida.
El paraíso.
28/4/2022
Historia con- el- del- sexo.
Robert era un
hombre que solo sabia hacer el amor con la polla, sí, con el pene únicamente.
Desgraciadamente tras un accidente automovilístico, perdió su miembro viril de
tallo, no le quedo un solo milímetro de polla entre las piernas.
Tras
recuperarse de la lesión, aunque sin remedio aun para subsanar el hecho de que
no podía hacer ya el amor con nada, intento aprender otros caminos. Ejercito la
lengua, pero no era lo suficientemente vigorosa ni profunda. Probo cada uno de
sus dedos, y varios juntos a la vez. todo era susceptible de intento, pero nada
lo suficientemente ágil ni sensible para volver a hacer el amor jamás.
Entonces
resignado ya de intentos estériles dedico el resto de sus días a la intensa
lectura, el intenso estudio y la intensa castidad, hasta que una buena mañana
una muchacha que pasaba por ahí oyó su recitar, y como un ave que vuela atraída
hacia al canto de su misma especie se deslizo sobre las lajas hasta alcanzarlo
a él. Sin para un segundo de recitar, ella entra en la habitación desprovista
de guardián y se sienta sobre sus palabras como si fueran un trono y una cruz a
la vez. Y en ese momento la garganta de Robert se sintió como dos grandes
testículos, y su gran voz y el gran poema, como una gran polla lacerante, que
todo lo corta y todo lo rellena.
Poema: El sol desteñía los latidos de tu corazón
El poeta no se
equivoca, pero eso tampoco quiere decir que tenga la razón. El poeta, Hombre y
dios en un mismo acto tan pequeño como su carne, tan inmenso como el papel, es
morada de sinestesia, de confusión y claridad al unísono. Es, si así lo desea,
un rayo de sol desconocido que atraviesa distancias inconmensurables, palabras
nunca dichas de la misma forma, palabras tan pesadas como los años. Es, si lo
desea, un rey o un vagabundo que a los ojos de mundos ciegos nunca conquistará.
Es, si lo desea, el agua que se bebe por los ojos, el amor y el sexo que se
hace por las orejas, es la espada ardiente que guarda el cielo, el lago helado
que corona infiernos. Es si lo desea, el sol destiñendo corazones, la sangre
tiñendo tierra color de entrañas. El poeta, un inocente culpable de todo lo
bueno, todo lo malo, es quien da paso a quien no puede pasar por ningún otro
camino. Un contrabandista de dichos ilícitos, de amores insoportables, de
comedias divinas, de dramas aterradores. Es un minero de profundidades desconocidas
donde aprecia sentado en la altura de la profundidad, el fluir del lenguaje, las
palabras en su propio continente.
No tengo el dato de esta pintura, pero me parece magnifica. Lo que me sorprende de las escenas de esta especie es el dinamismo y la precisión con la que el pintor capta ese dinamismo. Esta pintura, sin saberlo con precisión, puedo decir que fue hecha en el siglo XIX, momento en el cual no había un desarrollo tal de la fotografía como para ser implementada en imágenes en movimiento. Es por eso que la referencia que el pintor habrá usado tiene que estar basada en bocetos, conocimiento de la anatomía y el movimiento, de la luz, la atmosfera, y, el desenlace final, es el camino guiado únicamente por el pincel.