Poema: La partida
Como caer, recaer, recluirse en un pensamiento capaz de hacer
un verbo. Capaz de hacer un poema. Leer y escribir haciendo una mimesis sin
saberlo, ya que después de todo, lo único que puedo hacer para escribir es
engañar a cuánto hay de observador en mis ilusiones, en mi entraña moribunda
mirando al mundo como si fuera externo y nada, absolutamente, nada más.
Historia: Repelús
Sentado en la copa de un árbol situado en el pico de una montaña,
fumando tranquilamente mi pipa contemplé surgir el sol más radiante que nuca. De
las penumbras surgió una marea roja como la sangre en todo el cielo y los
sectores mas oblicuos del panorama estaban extrañamente teñidos de verde. En el
epicentro de semejante espectáculo, como si fuera un titan o un dios, se asomó
el astro majestuoso para despertarme definitivamente del letargo.
En la cama, entre mis pies desnudos, irrumpía el día entrante
convertido en un único rayo de luz que cumplía de igual manera la prohibición de
volver al sueño tanto como la de despertar completamente. Y en ese estado catatónico
lo único que apreciaba, además de la ceguera, eran las moscas de la habitación preguntando
por la salida, los perros de la calle olisqueándose los traseros, a mi madre llamándome
a desayunar a más de mil quinientos kilómetros de distancia y a mi padre en su
sepulcro oficinesco preguntando otra vez por las margaritas.
Que aborrecido sale uno al mundo después de semejante despertador, de semejante esperpento. La confusión es tanta después de aquellos episodios que las aspiraciones mas altas de mi vida son morir desapercibidamente como para joder a alguien más que a mí mismo, y una vez muerto, de ser posible, ver que hay del otro lado.
"Luzifer" de Franz Von Stuck |