Sra.
Pilar Iglesias
Coordinadora
del taller
PRESENTE
Estimada
Sra. Coordinadora
Me
dirijo hacia usted en mi calidad de participante del taller, con el fin de
expresarle mi preocupación por algunos aspectos de la ciencia que podrían
llegar a obstaculizar el normal desarrollo del espacio que nos ocupa.
Mi
objetivo inicial era centrarme en dos conceptos únicamente por una cuestión de
simplificación, ya que la ciencia en su conjunto resulta en una amenaza para
nuestro espacio. No obstante, en las
próximas líneas, tratare de no ser lo suficientemente breve, para de esta
manera robar tanto como pueda de su tiempo, tratare de explicar mi idea con el
menor poder de síntesis con el que pueda contar.
“Morir
es más difícil de lo que parece” expresa el Coronel Aureliano Buendía a través
de la pluma de Garcia Marquez, no solo es difícil, sino extremadamente
aleatorio, y la ciencia se empeña en hacerlo más difícil aun y cada vez menos
probable. Adoramos a la ciencia por ello, sin embargo, no morir nos va matando
de a poco.
Científicos,
aunque digan lo contrario intentando hablar de relatividad, de cuantos y de
agujeros negros; nos presentan un universo continuo, homogéneo, sin huecos, cuando
en realidad vivimos sin saberlo en los huecos. Pero en estos espacios a veces
se ven colores que no se pueden ver, es en este punto, donde en realidad
empiezo a dudar sobre si la ciencia es una amenaza para nosotros, o nosotros
somos una amenaza para la ciencia.
Una
serie de espejos negros cuando son observados en conjunto, permiten ver la
imagen en su totalidad. Pero al observarlos parcialmente, en esta imagen algo
está mal, pero no tan mal, solo un poco fuera de lugar. Sino, ¿De qué manera
podría tener yo en el mismo pensamiento tres policías en moto, una máscara, un
camión, un payaso en el sol de enero, un auto que al costado de la ruta; un
ciego que puede viajar en el tiempo, la estación Santos Lugares, una foto tomada
por Joaquim Paiva, un sueño de Sergio Denis y una naranja con hormigas.
Intentare
no perder ninguno de estos espejos a manos de la ciencia, donde no hay diferencia
entre un ciego y el mismo ciego, entre
una foto y esa misma foto, entre un sueño y ese mismo sueño. Son iguales, pero
se parecen.
Esperando
su apoyo para encontrar a pesar de la insistencia de los científicos, el
universo discontinuo y con huecos en los que caben ciegos. Lamentando no haber
podido ser menos conciso de lo que he sido, me despido
Atentamente
Eric
B.