Carta al señor de los marcos
Edurado:
Le pido que me envíe una factura para poder hablar
concretamente sobre el pago. Quisiera mencionar de entrada que mi objetivo es
convenir con usted, no llevar la contraria, pero del mismo modo no es mi objetivo
ir en contra mía. Con esto me refiero a que no se solventa una cosa con otra
por completo distinta, un beso y una cachetada no equivale una patada y media. Hay
que ser ordenados y revisar qué corresponde en cada caso. Respecto a los poetas
de mayor dimensión, ya no pusimos de acuerdo. Ahora bien, la factura es necesaria
para poder revisar el resto, lo ya pagado y lo que falta por pagar, si es que faltase
algo.
Quedo a la espera del documento y su respuesta.
Un saludo, Santiago Repetto Durón.
Historia
Era noche fría y Franz caminaba rumbo
a la taberna de Gregorio. Estaba ya a unas pocas calles cuando apuró el paso para
llegar rápidamente al calor del interior. Cuando pasaba enfrente de la capilla
un viento helado le caló los huesos, penetro cuanto traía de abrigo y la
ventisca que levantaba nieve y hielo lo cegó momentáneamente.
Se tambaleo desorientado, buscando
de dónde agarrase hasta que sintió las rejas de la capilla. Avanzó por el
camino que le ofrecía sus sostén y sin notarlo llegó a la puerta del edificio. El
dintel lo resguardó de la ventisca mientras frotaba sus ojos, y de repente un
grito espeluznante desde el interior de la capilla lo sobresaltó. Franz era un
hombre tranquilo, después de la guerra su mayor ambición era llegar a la
taberna todas las tardes y contemplar sus horas. Después de su servicio algo había
cambiado en él, su expresión era distinta, su fe se había destrozado en mil
pedazos.
Desde que volvió de la guerra no había
pisado ni una sola vez la iglesia, entonces un segundo grito fue lo que necesitó
para romper con su racha, y al precipitarse dentro de la capilla, cabezas
rodaban desde el altar, sangre cubría todas las paredes. De los techos emergían
estalactitas. El oratorio parecía mas bien una fosa llena de cadáveres y el
santo lugar, una caverna, un agujero del mismísimo averno. Se volteó
inmediatamente para salir, pero la puerta se había alejado mil pasos, la única salida
era un abismo. El verdugo desde el fondo del altar se lanzó en dirección a
Franz, comenzó a correr para alcanzarlo…
Poema
Mi vida que vida, mis años que años,
Es posible decir ¿mis poemas?
Los poemas escritos, grito único de lo, aun por escribir
Es todo el sol y toda la luna que un ser necesita, además del
agua, de la ollas, de la comida,
el alma, la altives del vientre, la potencia de los dedos al
escribir.
Es posible decir ¿mi vida?
Una vida tan mía, decir, un vida. pero mi vida esta hecha de
mil retazos de vidas que nunca viví, y sin embargo, son mi vida. y es para ustedes
compañeros, mi vida, para ustedes, arroyos y cañaverales, para ustedes montañas
de arrope, es para ustedes, pero es mi vida.
Giro mortal entre carne y palabra,
Como dos hermanos, como el fuego y el hielo, el éxito y el fracaso.