CARTA a la primera persona que encuentre mi cadáver
Sin importar si estabas esperando encontrar mi cadáver
o no, sin duda te asombraras al verme inerte. Espero que no te inunden los estereotipos
y el drama y mantengas la compostura que mantendrías al verme caminar. Antes de
avisarle a la gente, aprovecha la ocasión y recorre el lugar, investiga un poco
y trata de descifrar el misterio de mis últimos instantes. Voy a intentar morir
en la habitación desde la que siempre trabaje, o sea en cualquier lugar, con
poca luz y sonidos de ciudad. No seas inocente y agarra cuanto puedas de las
cosas con valor, no creo que te puedas llevar los cuadros ni las esculturas,
pero si algunos libros, considerarlos tu derecho, pues habrás de pagar por
ellos de todos modos, así que cóbrate de antemano y prepárate para lo que voy a
decir. Tienes que poner el sudario mas bello de la historia sobre mi rostro, en
el bolsillo del saco pon el pincel chino de mango bordo y unas cuantas barras
de grafito y de carbón. En los bolsillos asegúrate de guardar mínimo cincuenta hojas
de papel, como puedas. Menos no. Luego acércate a la biblioteca, agarra algunos
de los libros de Lorca y recita el Romancero Gitano de punta a punta. Piensa sobre
el poema y si no entendiste nada lo lees de nuevo. Después de los rituales, llamas
a Martina y le contas todo, incluso las conclusiones que hayas sacado, ella
sabe escuchar. Después llamas a pedro, no escucha tanto ni tan bien como Martina,
pero es Pedro y es el segundo que se tiene que enterar.
Bien, después de todo eso, vas a agarrar otras cuantas barras de carbón, de grafito, los mismos papeles, incluso más, los pinceles caros y algún pomo de pintura y te vas. Y tene presenta que te estas yendo en deuda con un muerto, lo que quiere decir que esa marca va a ser una maldición o un camino. En el papel.
HISTORIA: Memorias de Borja a los veinte años.
En esos momentos, casi siempre por las mañanas, en los que intento fuertemente ser alguien
Y comportarme como tal, crear, amar y destruir
como tal, es cuando no hay yo ni hay nadie
Y solo soy una gallinita agarrada de los huevos.
Entonces pienso, repienso y vuelvo a pensar y ni
una sola idea acude al rescate de mi pobre alma.
En tales momentos ni siquiera el ridículo puede
sacarme de terrible desazón y mi único consuelo es pensar que, si sigo pensando
en que pensar voy a llegar a algún lugar, palabra.
Miro los cigarrillos y me abstengo de agarrar uno,
como esperando que sea el momento indicado y el momento en que lo merezca.
Y sigo pensando.
sentado o recorriendo el brevísimo pasillo entre
el estudio y la cocina.
Empiezo a contar el tiempo que pasa como si la noción
sola llenara el tiempo de algo.
Dispuesto ya a morir en ese intervalo de tiempo en
desuso, en una de las caminatas entre ambiente y ambiente todos los fantasmas
de la casa aparecen de una sola vez y me advierten:
<< muchacho, no nos veas ni nos escuches, ya
para este momento, después de pasado el primer minuto del día estas mas cerca
de la muerte que del día anterior. Si sigues así, en unas cuantas horas serás uno
mas de nosotros, deja ya el sonámbulo caminar del fantasma y haz de tu muerte
una vida vivida>>
Eran como sabanas flotantes con rostros informes y
voces horribles, que se acumulaban a un centímetro de mi y se multiplicaban a
cada segundo.
Sus gritos tornaron de consejos a violencia, los
sonidos que gritaban era el sonido puro de la envidia de los incorpóreos.
El pasillo entre la cocina y el estudio se hizo de
tiniebla, y lentamente todo dejaba de resplandecer y sentí la caída, una caída mórbida
y ausente de toda excitación. No había fricción, no había cielo en el que caer
ni suelo en el que desplomarme.
Y en el vacío y el silencio, en la ausencia de
todo menos de anhelo, voces mas claras y puras me recogieron del hastío.
Voces de ultramar, de cada rincón Granada y Sevilla, voces de Buenos
Aires, voces paisanas y hortelanas, voces de orfebres y escultores y carraras, me apretaron
el pulso fuertemente e inscribieron un minutero de arena que estaba a punto de
acabar y dijeron: “tienes hasta entonces para seguir remando y luego caerás.”
Me apresuré al estudio prendí el cigarrillo y en compañía
del humo y los buenos fantasmas canté y fui la esperanza.
GALATEA DE RODIN
Tornasolada estaba la mañana
De tin y cobre, forja en la que estabas
Esculpida, ya completa, sólida
Como tin y cobre, tornasolada.
Metal templado de belleza pura
Y nada más, te hiciste mercurio en mis
Dedos y envenenaste mi sangre de
Metal y belleza pura nada mas
Dulce fue la agonía de mi sangre
En la que, hecha veneno te esparciste
En mi fragua moribunda. De lodo
Y ahora también de tin y cobre, la
fragua que soy está feliz de contarte
entre sus lamentos antes de partir.