Presentación de
personaje: “Borja”
Borja nació en Berlín, hijo de Edurne y Franz. Vivió
sus primeros años en esa ciudad y al cumplir los seis la familia se mudó a
indonesia por el trabajo del padre. Era el director del área de desarrollo tecnológico
de cierta empresa fabricante de automóviles. Pasaron diez años en Bali en los
que Borja aprendió sobre las tradiciones asiáticas. quedó profundamente
apasionado por la literatura, y a los once años conoció a Bu Yu-Peng, cronista de
guerra, un hombre muy culto, y profundamente pesimista en su visión del futuro próximo
del país y de toda la región meridional de Asia con respecto a la ocupación china.
Bajo las influencias y enseñanzas de este hombre, el pequeño Borja, comenzó a
escribir y a estudiar los procesos militares y la historia del continente hasta
la antigüedad.
Al finalizar su primer año de bachillerato se mudaron Perú por idénticas
razones que la primera vez. Despedirse de su maestro y querido amigo fue duro
para el muchacho. Sabia que ya nunca más se reencontraría con el anciano Yu-Peng
que ese año festejaba su cumpleaños número ochenta y nueve y la única compañía que le
quedaba era el enorme tumor en su mejilla derecha, causa de un cáncer en las glándulas
salivales.
En Perú termino sus estudios y empezó a trabajar en un periódico. Al principio como ayudante, pero al poco tiempo lo contrataron para sacar una nota especial semanal sobre noticias internacionales, principalmente de china. el periódico se estaba yendo a picada rápidamente por la dictadura y la crisis económica. Además muchos columnistas habían terminado presos por publicar contenido “simpatizante” con la subversión de los terroristas.
Borja tenía únicamente escritorio únicamente por la reciente oleada de arrestos, aunque nadie lo reconocía aun, todavía era un novato. En el periódico conoció a Mario, un columnista algunos años mayor que el y con cierto renombre en el periódico y en la ciudad, principalmente por sus notas sobre “la guerra invisible”, una ingeniosa manera que había conseguido de publicar contenido sobre los acontecimientos que acechaban al país de una manera indirectamente directa. Relataba, por ejemplo, los asaltos de la brigada de choque a cierto domicilio de cierto barrio con un título cualquiera, “operativo de desmantelamiento de red de narcotráfico en el barrio tal”. Todo el mundo sabía que en ese barrio se reunía “la organización”, nombre de la oposición haciendo una metáfora a la desorganización que el golpe militar propuso a la ciudadanía y a la política económica del país. Dicha unidad policiaca era de la comisaria ochenta y tres de lima, dato públicamente conocido y cotidianamente mencionado debido a sus periódicos allanamientos o “intervenciones para la cesación de violencia domiciliaria”. Esa comisaria estaba a cargo del comisario Figueras, dato también conocido, que respondía directamente al comandante del cuerpo militar de intervención de la época, el oficial Raúl Cardozo, cuyo nombre y cargo no eran masivamente populares, sin embargo, decir comisaria ochenta y tres era una metonimia de la dictadura y todos sus dirigentes.
Mario empezó a interesarse por Borja al leer sus entradas semanales. Reconocía el talento que tenia y lo culto que resultaba, por sus estudios y su vida en el extranjero. Borja siempre fue un tipo mas bien solitario, le era complicado entrar en conversaciones porque no tenía ningún interés por las puerilidades en las que caen frecuentemente. En definitiva, era malo para hacer amigos. Mario, gran conocedor de los bichos raros, no se dejó intimidar y lo invito al bar.
Las primeras tres veces no tuvo excito y en la
cuarta la insistencia pareció surtir efecto, aunque no fue hasta la séptima u
octava vez que Borja aceptó. El bar era un sucucho con el techo a un metro y
noventa y tres centímetros del suelo en el que lo más colorido que había eran
las etiquetas de las botellas de alcohol.
Para sorpresa del muchacho era como
hacer horas extra en la oficina porque estaban todos los trabajadores y también
los exempleados que seguían en libertad. Intercambiaron un par de preguntas de
las que Borja consideraba pueriles,
- ¿Qué te gusta? ¿Dónde naciste? ¿te gustan
las mujeres?,
y luego sin una gota de paciencia el más serio repuntó
- ¿Qué quieres?
No vengo a contarte mi vida ni me interesa lo más mínimo saber de la tuya. Si no
hay un motivo de reunión yo me voy.
Mario –“pregunta tú entonces ¿para eso has
venido, no? Imagino que de otra manera ni si quiera me hubieras acompañado.”
Borja –“Esta
bien, sí, tengo una pregunta. Mas que una pregunta es una historia que
quiero que me cuentes, háblame de tu país. Te concedo que eres hábil al
escribir como escribes sobre lo que escribes, pero, ¿Cómo sabes todo eso, como lo
sabe todo el mundo? Tanta gente esta presa por escribir la mínima insinuación y
tú hablas de todo abiertamente y con elegancia, aunque dadas las circunstancias
también con descaro. ¿Acaso piensas que el gobierno no lee entre las líneas? ¿es siquiera cierto que no descifran tus mensajes?” Mario –“pues sí que es una historia
lo que quieres. Y tú ¿tienes país? ¿de donde eres? ¿Qué te gusta?” Borja –“de
nuevo con eso. Basta. Responde” Mario –“¿te gusta el wiski?” Borja –“no tomo alcohol. ¿y qué
importa?” Mario –“¿acaso no hay wiski en china muchacho? a mí me gusta, y como
veras a todos estos borrachos también. ¿sabes a quien más? A los militares. No se
ni me importa el porqué de tu abstemia, pero en este mundo todos necesitamos un
vicio, hasta el más noble de nosotros, y en su vicio el ruin y el derecho
comparten la mesa, sabes, como tú y yo ahora.” Borja –“no te entiendo.” Mario –“así
como hay wiski hay cocaína y ese vicio amigo mío mueve el mundo. A los buenos,
los malos, los miserables, a todos. Esa es la historia de mi país, de todos los
países. La cocaína. A mi me respalda en las noticias que escribo, de alguna
forma también me da de comer. ¿Alguna vez probaste?” Borja –“jamás lo haría. Si
de tener un vicio se tratara ese es demasiado caro, cuesta dinero y tiempo de vida,
me quedo con el wiski.” Mario –“jaja, el wiski bueno es caro también. ¿Qué pasa,
papa y mama te dijeron que no tomes drogas? ¿Quieres aprender la historia del
mundo que no está escrita aun? vamos yo te enseño.”
Esa noche Borja no volvió a su casa, y las próximas dos tampoco. Como solo tenía que ir tres días a la semana al periódico no tuvo problema en el trabajo pero sus padres no aceptaban lo que había pasado y el se negaba a contar. A partir de entonces su vida dio un giro. continuó escribiendo en el periódico y trabajando en proyectos propios que resultaron en su primera novela, que tuvo cierto éxito en Perú. En los años posteriores empezó a publicar una novela cada tres años, y muchos trabajos breves a lo largo del año, desde ensayos hasta poesía. Con cincuenta y siete años residía en nueva york y tenia el récord de best sellers escritos de los últimos quince años. Cada año sacaba un pasaje a indonesia que nunca tomaba, y más allá de su éxito en las ventas la fortuna que acobijaba era inmensa, incluso para un escritor de su renombre. Con los años todo cambiaba, se mudaba frecuentemente de país, compraba y vendía autos, propiedades, obras de arte, todo cambiaba periódicamente pero los libros seguían publicándose, cada mes o dos meses salía alguno de sus escritos y en las conferencias hablaba sobre los avances en las novelas. No tenia mujer ni hijos, no visitaba a sus padres, pero les hablaba seguido. Los números de su cuenta se estimaban por encima de los cien millones de dólares y eran bastante comentadas en la farándula las fiestas que solía montar con famosos de todos los ámbitos y de todo el mundo.
Hasta que en el dos mil tres comenzó una investigación por evasión de impuestos en varios países en los que tenía empresas. Tras años de investigación conjunta de diversas organizaciones sale a la luz que era el mayor traficante cocaína del mundo desde hacia mas de diez años. El mundo quedó abatido. el hombre que fue galardonado con el premio nobel de literatura era el mayor narcotraficante del mundo después de pablo escobar. A los ojos de la prensa se aclaró la razón de los conocimientos tan detallados del mundo de las drogas y sus procedimientos que se presentaba en casi todas sus novelas.
Esa noche Borja no volvió a su casa, y las próximas dos tampoco. Como solo tenía que ir tres días a la semana al periódico no tuvo problema en el trabajo pero sus padres no aceptaban lo que había pasado y el se negaba a contar. A partir de entonces su vida dio un giro. continuó escribiendo en el periódico y trabajando en proyectos propios que resultaron en su primera novela, que tuvo cierto éxito en Perú. En los años posteriores empezó a publicar una novela cada tres años, y muchos trabajos breves a lo largo del año, desde ensayos hasta poesía. Con cincuenta y siete años residía en nueva york y tenia el récord de best sellers escritos de los últimos quince años. Cada año sacaba un pasaje a indonesia que nunca tomaba, y más allá de su éxito en las ventas la fortuna que acobijaba era inmensa, incluso para un escritor de su renombre. Con los años todo cambiaba, se mudaba frecuentemente de país, compraba y vendía autos, propiedades, obras de arte, todo cambiaba periódicamente pero los libros seguían publicándose, cada mes o dos meses salía alguno de sus escritos y en las conferencias hablaba sobre los avances en las novelas. No tenia mujer ni hijos, no visitaba a sus padres, pero les hablaba seguido. Los números de su cuenta se estimaban por encima de los cien millones de dólares y eran bastante comentadas en la farándula las fiestas que solía montar con famosos de todos los ámbitos y de todo el mundo.
Hasta que en el dos mil tres comenzó una investigación por evasión de impuestos en varios países en los que tenía empresas. Tras años de investigación conjunta de diversas organizaciones sale a la luz que era el mayor traficante cocaína del mundo desde hacia mas de diez años. El mundo quedó abatido. el hombre que fue galardonado con el premio nobel de literatura era el mayor narcotraficante del mundo después de pablo escobar. A los ojos de la prensa se aclaró la razón de los conocimientos tan detallados del mundo de las drogas y sus procedimientos que se presentaba en casi todas sus novelas.
Aun sin condena pero ya encarcelado, Borja
dijo al mundo que durante el tiempo de su último encierro terminaría su última
novela, en la había estado trabajando mas de veinte años.